Ultra Héroes, crónica de Depeche Mode en Madrid (by Efrén)

Lo que vivimos este sábado en el Palacio de los Deportes de Madrid (WiZink Center) fue una demostración de vigor y fuerza sin límites. El ave Fénix reencarnado en Depeche Mode resurgió con furia de sus cenizas ante un fiel y entregado aforo de 15.000 personas lleno hasta los topes.

Con las entradas agotadas hace ya varios meses nos dispusimos a comprobar si el estado de forma del trio inglés conservaba el buen tono exhibido hace unos meses en el Nos Alive de Portugal o bien se asemejaba a su última cita en el Palacio de hace 3 años. La presentación de Delta Machine nos dejó un agridulce sabor de boca al presentarse como una mastodóntica franquicia de rock, más interesados en cubrir el expediente promocional que en disfrutar y hacer disfrutar al respetable. Pues bien, problema resuelto desde el minuto uno.

En la cita de este sábado en la que se presentaba el Spirit Global Tour nos ofrecieron un concierto colosal, euforizante, en el que se volcaron especialmente con eléctricos temazos de su álbum Ultra de 1997. Los sonidos noventeros prevalecieron sobre cualquier otra temática y sonaron cinco temas de este disco, no tan reconocido como el icónico Violator o Songs of Faith and Devotion pero con empuje y temazos capaces de enervar a la masa devota concurrida para la ocasión.

Empezaron con dos intros grabadas, Revolution y Cover Me con las que el público comenzó a despertar del letargo de esta fría noche invernal al tiempo que la colosal pantalla de video comenzaba a destellear en colores rojos y anaranjados para dar paso a un brutal Gahan que empezó su repertorio con la magnífica Going Backwards del álbum Spirit, a mi modo de ver la mejor canción del mismo y un valor seguro para exhibir en futuras giras. Fue el preludio de lo que sucedería después cuando encadenaron consecutivamente It´s No Good y  Barrel of a Gun, ambas de Ultra y en las que Dave Gahan comenzó a pulsar los latidos de un Palacio que reconocía a su ídolo. Lejos de pasadas actuaciones en las que parecía hastiado o golpeado por la edad, Dave Gahan comenzó a transformase en nuestro ultra héroe, aquel que en tiempos pasados conseguía enloquecer y excitar a sus fans con su erógeno contoneo parecía renacido a sus 55 años, fuego en el cuerpo y vigor en sus interminables piernas que le permitían surcar el amplio escenario una y otra vez, sangre y fuego que auguraban una noche mítica.

En este comienzo también nos deleitaron con A Pain That I Used To, Useless (otra vez Ultra), Precious, World In My Eyes y Cover Me (otra dulce reseña a Spirit compuesta por el propio Gahan) a la que siguió un casi desconocido Insight de Ultra interpretado en acústico por el gran Martin L Gore y que dio el primer descanso al enloquecido y poderoso Gahan que volvió a hacer de las suyas con renovada energía interpretando Home, In Your Room (con el que nos regalaron un precioso videoclip artístico en la pantalla gigante) y el tercer y último guiño a Spirit con Where Is The Revolution, canción protesta en la que DM anima a las masas a pelear contra el poder establecido. En esta primera parte del concierto los guiños y arreglos sobre la base de sus canciones tendieron más a sus raíces rockeras, dejando a un lado los arreglos pop para adentrarse en los riffs de Martin y la potente batería de Christian Eigner, insigne colaborador de la banda y enorme con las baquetas durante toda la noche. Para coronar este giro noventero eligieron otro gran buque insignia, la mítica Everything Counts arrolló a la masa envuelta en sublime locura con un arreglo muy original y pegadizo por parte de Martin, que en esta versión  se marcó una variante a modo de riff funkarra que hizo estallar al Palacio en un delirio general a las cuerdas de su mítica Green Knight.

La segunda parte del concierto dio protagonismo a los profundos y oscuros ritmos synth/pop ochenteros de los que la banda es embajadora desde hace más de 30 años, aquí el protagonismo de un Dave Gahan desatado, descomunal y sin altibajos siguió ofreciendo su enérgico repertorio de animal escénico acompañado a los sintes por un Peter Gordeno que dió toda una lección de ritmos y efectos sonoros durante la segunda parte del show. Las pequeñas pero importantes variantes en Stripped, Enjoy The Silence y Never Let Me Down Again demuestran que Gordeno ha sido uno de los grandes fichajes de Depeche Mode en el siglo XXI. Impresionantes alardes sonoros y efectos grandilocuentes que convirtieron el Palacio en una gran pista de baile en la que nuestras almas vibraban sin descanso. Para terminar se marcaron la friolera de cuatro bises en los que se percibió que la banda, en perfecta sincronía con el público, gozaba y se divertía canción a canción. Strangelove, interpretada de manera exquisita por Martin Gore al piano y con su reconocible voz dio un tono de pausa merecida en medio de la locura colectiva. Walking In My Shoes, A Question Of Time y Personal Jesus cerraron el impetuoso concierto con rotundidad y energía ilimitada, 2 horas y 5 minutos de gozo y felicidad tras las que el público se marchó más que satisfecho, sus héroes habían vuelto y eran perfectamente reconocibles, atrás quedó la desgana y la desidia de otras giras. Dave vuelve a reivindicarse como el apoteósico rey de los escenarios, con él en forma la vida cobra sentido.

  

Madrid- 16/12/2017

Palacio de los Deportes (Wizink Center), 15.000 espectadores.

Depeche Mode

Voz: Dave Gahan

Guitarra, coros: Martin L Gore

Teclados: Andrew Fletcher

Teclados y sinte: Peter Gordeno

Batería: Christian Eigner