DIEZ AÑOS DE CBR

viernes, 30 de marzo de 2012

Non todo é o que parece (by Carol)

En el post anterior, Isa hablaba de La Bola de Cristal, el mejor programa infantil (casi me dan ganas de decir “el mejor programa”, a secas) que ha dado la televisión de este país. Bueno, pues la canción de hoy la he sacado del segundo mejor: Xabarín Club, que empezó a emitirse en Televisión de Galicia (TVG) allá por el 94 y creo que todavía sigue en antena.

Resulta que en mi pueblo, Ponferrada, por eso de la cercanía geográfica, pillamos la TVG, canal en el que conviven espacios como el Xabarín con otros tan indescriptibles como Luar, una especie de Noche de Fiesta con grelos, donde lo mismo actuaba Regina Dos Santos que el grupo local de gaiteiros de Melide. El Xabarín no tenía una estructura ni unos guiones tan currados como los de La Bola, ni mucho menos; básicamente, consistía en dibujos animados (sobre todo japos, como Son Goku y cosas así) y videoclips de bandas gallegas realizados ad hoc. Lo mejor, sin duda, era la parte musical. Ahí tenías a gente como Def Con Dos, Siniestro Total, Killer Barbies, Nación Reixa, otras menos conocidas como Blood Filloas... Los vídeos eran de factura muy casera, unos más gamberros y geniales que otros, y llevaban subtítulos de karaoke. Una manera simpática de contribuir a que los niños (y no tan niños, porque entre su público había muchos veinteañeros como yo) aprendieran a falar galego y tuvieran una formación musical digna.

Como todavía era estudiante y aún podía disfrutar de esos veranos eternos de tres meses de vacaciones, en los que te daba hasta tiempo de aburrirte, pasaba muchas tardes merendando (sí, yo meriendo, ¿qué pasa?) delante del Xabarín Club. Muy pronto Non todo é o que parece, de Aerolíneas Federales, se convirtió en mi favorita.

Aerolíneas Federales era el grupo paralelo de Miguel Costas, ex Siniestro Total, y uno de los más destacados de la escena viguesa de los 80-90, que tantas alegrías musicales nos dio. Esta canción sigue su línea habitual de pop punkarrista divertido, pese a que el protagonista no sale muy bien parado: es un pagafantas dispuesto a hacer hasta el pino puente para ligarse a una chica, pero que siempre termina fracasando y yéndose con el rabo entre las piernas (nunca mejor dicho). Como he mencionado ya, el vídeo lleva subtítulos, así que vais a entender perfectamente la letra aunque no sepáis gallego.

Moraleja: chicos, regalar perfumes de Chanel e invitar a cenas en restaurantes de luji-luji no garantiza el éxito. Consejo para el fin de semana. De nada.


martes, 27 de marzo de 2012

La Bola de Cristal (by Isa)


A riesgo de que se me incluya en el grupo de los nostálgicos trasnochados -y a mucha honra, oyes- voy a dedicarle mi post de hoy a La Bola de Cristal y a sus excelentes canciones.  Es un lugar común, lo admito, pero ya no se hace tele de esta calidad. Un programa tan transgresor sería impensable en la época represiva a nivel cultural que vivimos actualmente (lo llaman democracia y no lo es...). ¿quién -que haya vivido esa década prodigiosa, claro- no tiene en su haber términos como 'gilivatios' o 'meapilas'?

Y es que hace un par de semanas cayó en mis manos un CD recopilatorio de las canciones de este espacio televisivo "infantil" de las mañanas de los sábados ochenteros y desde entonces no paro de ponérselo a mi hijo, que como buen nativo malasañero baila los temas como un loco.

Alaska era una parte fundamental del programa y firma los créditos de muchas de las pistas de la banda sonora musical de La bola, empezando por la sintonía que abría el programa, su 'Abracadabra', "qué tiene esta bola que a todo el mundo le mola"...


¿Quién la ha visto y quién la ve? Como mínimo las cejas han quedado en el Olvido jajajaja -vale, es muy malo-, aunque la casa se da un aire a la que comparte con Mario Vaquerizo y que ahora podemos ver todos en su reality 'Alaska y Mario'... aunque de las suyas fabricadas para el programa me quedo con ésta, que tiene una letra genial por la mezcla de petardismo y fina ironía: 'Vacaciones Infernales'.


De todos, la Bruja Avería era mi personaje favorito... con su carcajada malévola y su "qué mala, pero qué mala soy". La marioneta, fea como ella sola era la reencarnación de los males del capitalismo. Ahí queda eso, para que la adopten como mascota la muchachada asamblearia del #15M ahora que se acerca el #29M. Estoy segura de que la Bruja Avería es la inspiradora de la gran villana de nuestros tiempos tuiteros: @EspeonzaAguirre, y tenía hasta su propia canción 'No se ría', que se puede encontrar cantada por Alaska o por su autor -Santiago Auserón- yo me quedo con la versión de este último.


Mirad qué jovencito y que mono está... ¡un niño!, como en la canción "siempre seré un niño si me tratas con cariño." Reconozco que a mí me gustan especialmente las suyas, que son muchas aunque a veces las cantasen los Electroduendes ("soy un Electroduende y nadie me comprende"), y de las interpretadas por él me quedo con ésta, con permiso de la bruja Avería, me encanta su voz sensual y como vocaliza la B de Bola (ni Sarita Montiel).



El gran Kiko Veneno era un colaborador habitual en el espacio dirigido por Lolo Rico, con algunos temas de calidad sublime como su 'No adivino nada' o 'Me siento tan Feliz', que no me deja insertar aquí (con lo que mola el vídeo de Kiko disfrazado de Frankestein y felícisimo de la vida).


Otro personaje musical de primer nivel que prestó su talento al proyecto educativo para los niños de La Movida fue Loquillo que con su grupo de entonces, Los Trogloditas, se marcaba este tema que ahora sería censurado por hacer apología del absentismo escolar:



Bueno, no está mal para un martes con astenia primaveral, ¿no? Que lo disfrutéis ;-)

viernes, 23 de marzo de 2012

Wonderful World (by Carol)


Si hay una canción capaz de ponerme automáticamente de buen humor, ésa es Wonderful World. De vez en cuando me la regala el modo aleatorio de mi cacharrito mp3, que es muy listo, y entonces cualquier día se convierte en un buen día. Otras veces, cuando necesito un extra de ánimos, hago trampa para que suene dos o tres veces seguidas.

Wonderful World (no confundir con el What a Wonderful World de Louis Armstrong) es uno de los temas más populares del enorme Sam Cooke, quien además de ser una de las más influyentes figuras del soul, fue destacado activista del movimiento pro derechos civiles de la población negra en los 60 y el primer músico afroamericano que fundó su propia discográfica, SAR Records (hoy ABKCO).

Siguiendo la estela de fatalidad de las leyendas de la música popular, Cooke murió en 1964 con solo 33 años, durante un incidente raruno con arma de fuego y chicas de por medio. Pero dejó para la posteridad un puñado de endiabladas canciones capaces de hacer bailar al más seto de la fiesta: Chain Gang (otra de mis favoritas), Twistin' the Night Away, Shake… En realidad, cualquier clásico del soul y el rythm and blues (el de verdad, no eso que se hace ahora llamado “ar-an-bi”; soy un poco jacobina con este tema, sí) es un antídoto contra la mala leche y la tristeza. Probad a poner un disco de Sam, de Otis Redding, de The Supremes o de cualquier grupo de chicas de la época, de Solomon Burke, de Al Green, de James Brown… y veréis lo que pasa.

Escrita por el propio Cooke junto a Herp Albert y Lou Adler en 1958 y lanzada como single en 1960, Wonderful World es una sencilla composición sobre el asunto más universalmente tratado en la historia de la música pop. Básicamente, es una declaración de amor: el chaval le confiesa a su chica soñada que es una calamidad; que ni se entera ni le interesa nada de lo que le cuentan en el High School; que nunca ganará una beca para ir a Harvard, pero que si algo sabe a ciencia cierta es que la quiere. En fin, bonito amor adolescente y esas movidas. Supongo que una de las cosas que la hacen irresistible es que consigue que hasta los más cínicos del condado respecto a relaciones sentimentales creamos que el amor verdadero existe… aunque sólo sea durante los dos minutos que dura la canción. Por su causa yo estuve enamoradísima durante todo un mes de un profesor sexagenario de inglés que tuve hace algunos años. Y todo porque un día se trajo la guitarra, nos enseñó la letra y nos tiramos toda la clase cantándola. El pobre Sam Cooke debe estar todavía removiéndose en su tumba...



Como suele suceder con los grandes clásicos, éste ha sido versionado por músicos de tan diverso pelaje como Otis Redding, Sam & Dave, Bryan Ferry o –glups-... Michael Bolton. El masoquista que todos llevamos dentro me ha impulsado a buscar dicha versión en YouTube y... bueno, qué puedo decir, no entiendo como este tipo de cosas no están tipificadas aún en el código penal.

Lo que sí es imprescindible recordar es que WW suena en una de las secuencias clave de Único testigo (Peter Weir, 1985). Kelly McGillis y Harrison Ford, que no podía estar más guapo (esto fue mucho, mucho antes de que se le fuera la olla, se casara con Ally McBeal y rodara estúpidas películas sobre marcianos y vaqueros), se marcan un baile mítico en un granero en la que es, probablemente, una de las escenas con más erotismo contenido de la historia del cine. Y sin enseñar ni media teta, oigan.


martes, 20 de marzo de 2012

The lion sleeps tonight (by Isa)

¿Habéis oído aquello de que "cuanto más duermes más quieres"? Pues eso me pasa a mí, que después de un finde largo en el que mi principal actividad ha sido sobar sigo con ganas de más... estoy como el león de la canción protagonista del post de hoy, que cuando no está de caza está dormitando.

'The lion sleeps tonight' es conocida como una canción del grupo neoyorquino de doo-wop (rythm & blues vocal) The Tokens lanzada en 1961. Los más jóvenes probablemente tengan asociado el tema a la banda sonora de 'El rey León', la peli de Disney de 1994 y el posterior versión teatro musical, que sigue dando la vuelta al mundo. En realidad, la canción es una versión de un tema interpretado por The Weavers en 1951 llamado "Wimoweh", una distorsión de la letra zulú, Uyimbube, o "él es el león", que es a su vez una versión de "Mbube"...

En l939, el artista y trabajador migrante zulú Solomon Linda se colocó ante el micrófono del primer estudio de grabación existente en Johannesburgo para improvisar unas líneas vocales en falsete sobre un vibrante canto coral de fondo. Llamó a la canción "Mbube", león en zulú.  Existen versiones en francés, japonés, español, danés y muchos otros idiomas. Más de 150 artistas diferentes la han grabado, y aparece en al menos 15 películas y musicales. Según algunas estimaciones, ha generado más de 15 millones de dólares y aunque el papel de Linda en la creación de la canción es indiscutible, murió en la indigencia y dejó a su familia tan pobre como para no poder poner siquiera una lápida en su tumba.

Tras la revolución que supuso la inclusión del tema en 'El Rey León', el periodista Rian Malan escribió un artículo para la revista Rolling Stone detallando la irregular gestión de los derechos de propiedad intelectual del hit. El artículo causó indignación en Sudáfrica, y propició la decisión de emprender medidas legales para reclamar por parte de la familia la participación en los beneficios producidos por la canción, especialmente respecto de la versión 'The lion sleeps tonight' y recibir el reconocimiento correspondiente del papel de Solomon Linda en la creación de la canción, así como el origen sudafricano de ésta.

Hubo que esperar al año 2006, casi 70 años después de que Solomon Linda compusiera su "Mbube", para que se le reconociera su autoría, el origen sudafricano de la canción y su raigambre en la cultura sudafricana, y se cediesen una parte de las ganancias generadas por el copyright de 'The lion sleeps tonight' a sus descendientes.

Aquí os dejo las tres versiones, por orden cronológico, para que entréis con ganas en la primavera:





viernes, 16 de marzo de 2012

La cuenta atrás (by Carol)


Todo empezó con esta canción.

Andaba yo curioseando en la colección de discos de un novio que tenía por entonces y me topé con éste (en edición vinilo, claro). Conocía vagamente a Los Enemigos y un amigo común hablaba de ellos sin parar, pero nunca los había escuchado con atención. “¿Me lo dejas?”. Y me lo llevé a casa.

Así fue como me hice enemigoadicta y sigo siéndolo veinte años después de escuchar por primera vez La cuenta atrás. ¿Que qué pasó con el noviete de marras? Mejor ni hablar; pero para ser justa, tengo que decir que le debo muchos descubrimientos musicales. (Y sí, le devolví el disco).

Los Enemigos cambiaron mi vida. Lo sé, es un lugar común y puede sonar exagerado, pero es totalmente cierto. No sólo porque su música me abrió nuevos caminos hacia sonidos ignorados por mí hasta el momento, sino porque están asociados a un vuelco vital importante, a personas que conocí entonces y que contribuyeron, aunque fuera indirectamente, a que saliera del maldito agujero adolescente en el que estaba metida hasta las orejas.

Voy a ser de nuevo vehemente. En mi opinión, Los Enemigos son el mejor grupo de rock en español que ha habido en este país (con permiso de Leño), con unas letras de una calidad fuera de lo común, un sonido feroz como pocos y un directo increíble (incluso sus conciertos más flojos eran grandes). Ajenos a poses y a modas, nunca se alinearon en bando alguno y, tal vez por eso, nunca llegaron a ser un grupo de masas. Sin embargo, pueden presumir de contar con una de las bases de fans más fieles que una banda puede tener. Un verdadero enemigoadicto nunca deja de serlo, y la prueba es que ahora que han anunciado su retorno temporal a los escenarios, nos tienen a todos de los nervios esperando las fechas de la gira.

Pero vayamos al grano. El temazo que os dejo aquí es el que da título al disco, editado en 1991, tras esa obra maestra que es La vida mata. En ese momento Los Enemigos eran Josele Santiago (letras, voz, ¡esa voz!, guitarras), Fino Oyonarte (bajo) y Chema "Animal" Pérez (batería). Manolo Benítez, El Cuarto Enemigo, era colaborador habitual de la banda, aunque tuvieron que pasar varios años para que se convirtiera en miembro oficial.

Para ser sincera, "La cuenta atrás" no es mi canción favorita del álbum, y es que es muy difícil elegir una entre tantas tan buenas. Sin embargo, no se me ocurre una apertura mejor para él, y en los conciertos era una especie de… himno (no quería usar esta palabra tan hortera, pero no se me ocurre otra mejor). Bueno, que cuando la tocaban se creaba una emoción muy especial y... Ya entendéis de qué hablo. Quien lo probó lo sabe.

Si escucháis la letra, no es que sea precisamente de buen rollo. Como dice el propio Josele Santiago en Dentro, la magnífica historia de la banda escrita por Kike Turrón y Kike Babas (Zona de Obras, 2001), habla de “el paso de la adolescencia a la madurez, habla más bien del hijo de un banquero o algo así; habla del mundo profesional de las finanzas, de los trepas. Y yo había leído La hoguera de las vanidades, de Tom Wolfe”. Tampoco la música te hace pensar en fiesta salvaje: “Por entonces escuchaba mucho a The Damned, de la segunda época, cuando eran más barrocos; la parte central era lo único que yo sabía hacer al piano, y luego resultó que era clavado a un canon de un tal Pachelbel. Yo no tenía ni puta idea; lo saqué de un disco de los Camel que tenían una frase muy parecida con el piano”.

Pero a mí este tema siempre me traerá a la memoria muy divertidos momentos; muchas noches festivas pasadas en el Saloon (nuestro bar-casa por entonces), bailando y cantando a grito pelado mientras dejábamos que el calimocho y la cerveza (de nuevo la economía de guerra) nos nublaran el entendimiento; conciertos míticos vividos sola o en compañía; un ¿amor? un tanto obsesivo, aunque inspirador y entretenido a su manera. Y además es la canción favorita de mi amiga Marta, que acaba de ser víctima de esta reforma laboral que el Gobierno nos ha metido doblada. Así que a ella va dedicado mi primer post en este blog: porque tú vales, chavala.




¡Fichaje estelar!


Queridos amiguitos buenrolleros... hoy no solo es viernes, por fin, hoy es un viernes especial para 'Canciones de Buen Rollo'. Hoy empieza una nueva para este blog. Hoy inauguramos una nueva etapa. Hoy estrenamos coautora. Hoy no escribo yo. Hoy escribe Carol.

Y quién es Carol. Es una mujer entusiasta y positiva. Una adicta a la música que cree, como yo, en el poder de las canciones para infuir en el estado de ánimo. Y por eso, y porque sabe usar las palabras para describir lo que esos temas musicales le transmiten y para descubrir las anécdotas interesantes que hay tras las canciones, a partir de hoy formará parte del mundillo CBR.

Estoy segura de que la disfrutaréis :-) ¡Bienvenida Carol!

lunes, 12 de marzo de 2012

Always on the run

Hoy me he levantado sin ganas. Estoy cansada. Y no sólo físicamente. Es agotador intentar ir contra corriente y mirar con optimismo la vida cuando a tu alrededor proliferan las malas noticias... por eso, me he esforzado por encontrar un tema que levantase mi ánimo y me infundiera la energía necesaria para afrontar otra semana. La búsqueda me ha llevado a Lenny Kravitz y a este tema vitamínico: 'Always on the run'.

Compuesta a pachas con el gran Slash, lo que justifica el protagonismo guitarrero, 'Always on the run' es una llamada a la acción, a seguir en la brecha, a no bajar la guardia, a no dejarse vencer... puedes interpretar ese "always on the run" como quieras, pero a mí me ha venido muy bien para recordarme que cansada o no, tengo que continuar como siempre.

La letra de este temazo atesora en su haber una serie de consejos maternos -los mejores- con ese "and my mama said" que se queda grabado en el registro sonoro del cerebro y que da título al disco al que pertenece la canción, 'Mama Said' (1991)... pero de todas las valiosas frases yo me quedo con la primera y la última:


"My mama said
That your life is a gift

And my mama said
That love's all that matters"





miércoles, 7 de marzo de 2012

Es Mentira

Hay un TT (Trending Topic o tema de moda, para los que no están en Twitter) que se llama #grandesmentiras y que hoy me ha tenido entretenida glosando mentiras y excusas comunes que todos hemos usado alguna vez... a los diez minutos he recordado una conclusión a la que llegué hace muchos años: 'la verdad está sobrevalorada'.

Lo confieso. Yo soy mentirosa. Valoro la sinceridad como estilo de vida, como filosofía ante grandes cuestiones; es decir, creo que hay que ser consecuente con tus decisiones y actuar con respeto hacia uno mismo y hacia los demás... dicho lo cuál, creo que una mentirijilla de ésas 'piadosas' (como uno de los discos de Joaquín Sabina) o una fabulación artística no hacen mal a nadie...

Siempre que pienso en mi relación con las mentiras me acuerdo del maestro Sabina y esta peazo canción: "Es Mentira", el tema que más me gusta de su decimosegundo disco el 'Yo, mí, me, contigo' (1996),  un álbum sobresaliente (producido por el gran Pancho Varona) en el que consagra su afición a las colaboraciones de calidad y cuenta con músicos de la talla de Flaco Jiménez, Charly García, Pedro Guerra, Carlos Varela, Manu Chao, Los Rodríguez, Alejandra Guzmán y Caco Senante.

Esta canción rockera y gamberra es de las más buerrolleras de Joaquinito, aunque con ese poso de ácido sarcasmo que tanto le caracteriza. La letra, como suele ser habitual en él, es una joya del verso contemporaneo con frases de las que crean lapidario: "para mentiras las de la realidad, promete todo pero nada te da" o "Menos piadosas que las del corazón son las mentiras de la diosa razón". Y el vídeo también tiene su aquél con cameos de "amiguetes", al más puro estilo Alex de la Iglesia, como Javier Gurruchaga o Juan Echanove. Aquí os lo dejo, que lo disfrutéis:




"Pídele cuentas a la pura verdad
que no se pringa, que no tiene piedad"

viernes, 2 de marzo de 2012

The Great Gig in the Sky

Como dicen en el planeta Twitter hoy es San Viernes, lo que se agradece mucho después de una semana intensa como la que he tenido. He dormido especialmente bien, así que estoy de muy buen humor y además esta noche tengo premio: Conciertazo, que es lo que significa 'great gig' y os aseguro que me apetece tanto que la idea me suena celestial...

"The Great Gig in the Sky" es un temazo de Pink Floyd que es imposible que te deje indiferente, y que a mí me sube al cielo y me levanta el ánimo... lo cuál no deja de ser curioso, porque la canción no fue creada para ser buenrollera ni mucho menos. De hecho, es una canción inspirada en la tristeza y la inminencia de la muerte, enfatizada por la voz protagonista de Clare Torry. Al parecer, Alan Parsons había trabajado con ella previamente y la llamó para sesionar. Cuando se disponían a grabar la voz, los Floyd dieron como únicas instrucciones a Torry: "Piensa en la muerte o en algo horrible y canta". La cantante, tras acabar, salió avergonzada y pidiendo disculpas; lo que sorprendió a los miembros de la banda, ya que a ellos les había encantado su improvisación.

El tema es el quinto corte de 'The Dark Side of the Moon', álbum conceptual del grupo británico de 1973,  y tiene una relevancia especial en el fenómeno conocido como The Dark Side of the Rainbow (El Lado Oscuro del Arco Iris), y es que parece ser  que cuando el álbum es escuchado como música de fondo de la película El Mago de Oz, numerosas imágenes de la cinta parecen coincidir con la música y las letras. 

El comienzo de la canción "The Great Gig in the Sky" marca el comienzo de la escena en la cual un tornado que se lleva la casa a la tierra de Oz, el vuelo o "baile" de la casa, "en el cielo" se da durante la duración de la canción. En la pantalla se puede ver a la casa girando y girando entre las nubes. Cuando el tornado cede en su fuerza, es cuando la canción cesa en intensidad y tensión. Curiosamente, la película pasa de Blanco y Negro a Color, cuando Dorothy llega a la tierra de Oz. Esto coincide con el final de la canción.


La verdad es que la coincidencia en este caso es notable, pero por lo visto son bastante más numerosos los momentos de asincronía que los de sincronía. Hay quienes interpretan que la "muerte" de la que habla la letra de la canción se refleja en que Dorothy deja su vida normal para pasar a una vida onírica y de fantasía... 

A mí en cambio, "The Great Gig in the Sky" siempre me ha parecido la expresión musical de un orgasmo de dimensiones apoteósicas, y algo de relación con la muerte tiene, no en vano los franceses -que siempre han sabido mucho de estas cosas- aluden al momento cénit sexual como 'petit mort' (pequeña muerte). Os dejo que gozeis del tema con un espectacular directo de Pink Floyd que es como mejor se disfruta una canción como ésta... y yo espero llegar al clímax con mi 'great gig' esta noche.